Como comentario a “La Unidad de la Filosofía de Heráclito” de Enrique Hülsz, se advierte que existen maneras alternas de interpretar los fragmentos heraclitianos con igual validez y se apunta que no toda reconstrucción es deseable, como con la Venus de Milo. Toda reconstrucción es afortunada o desafortunada, y lo único malo en ello es no poder desembarazarse de ésta para volver al origen, a los fragmentos.