<jats:p>Una de las características principales del régimen de excepción es que debe ser temporal la suspensión de ciertos derechos para hacerle frente a las amenazas externas e internas. Sin embargo, El Salvador ha tenido que prolongarlo por más de dos años con la finalidad de restablecer el orden, la seguridad ciudadana y el control territorial derivado de las graves perturbaciones al orden público por grupos delincuenciales que atentan contra la vida, la paz y la seguridad de la población salvadoreña. Por ello, este comentario ahonda en el bukelismo como una estrategia realista para erradicar por completo el crimen en dicho país y ofrece un análisis sobre las prórrogas que ha tenido el Decreto Legislativo número 333, mediante el cual se adoptan medidas excepcionales en el El Salvador durante la presidencia de Nayib Bukele.</jats:p>