La palabra adopción proviene del latín adoptio, onem, adoptare, de ad y optare, desear o prohijar. En este sentido podemos entender la adopción como un acto jurídico solemne, en virtud del cual, por la voluntad de los particulares, sancionada por la ley y con intervención y autorización de la autorización del poder judicial, se crean entre dos personas generalmente extrañas entre sí, relaciones análogas a las de la filiación legítima.