Cuando la mayoría abrumadora de los estudiosos del derecho penal y de las ciencias penales, en general se percató de que la indagación de soluciones y la búsqueda de alternativas proporcionadoras de técnicas y métodos de trabajo para la profundización del origen y de la prevención de la delincuencia, no pasaba, precisamente, por la herramienta represiva como única solución viable y deseable, comenzó un largo proceso de acercamiento del derecho penal al campo, hasta entonces lejano, de las ciencias sociales.