Algunos acercamientos contemporáneos al problema de la identidad personal han desviado el rol de los hábitos y la educación en la constitución de la identidad. Para una concepción adecuada del desarrollo del yo, uno debe entender la interacción entre los hábitos, la tradición y la razón. Un panorama general de esta interacción se extrae de los trabajos de Aristóteles y MacIntyre.