A partir de la crisis económica surgida en el mes de diciembre de 1994, muchas personas que habían contratado con las instituciones bancarias, principalmente tratándose de los Contratos de Apertura de Crédito Simple con Intereses y Garantía Hipotecaria, Mutuo con Intereses, etcétera, se vieron severamente afectadas en su patrimonio al haberse modificado radicalmente las condiciones en las cuales originalmente habían contraído la obligación de pago de suerte principal e intereses al acreditante, ya que el monto de estos últimos sufrió un incremento desproporcionado al convenido en el contrato, provocando una onerosidad excesiva. Normalmente en esos negocios jurídicos se pactó expresamente entre las partes que la tasa de los intereses se podría ajustar mensualmente a la alza o a la baja, de acuerdo a diversas fórmulas o procedimientos establecidos en cada contrato y mediante un sistema de refinanciamiento y de capitalización de intereses.
Torreblanca Sentíes, J. M. (1998). Comentarios a resoluciones judiciales relacionadas con instituciones bancarias : teoría de la imprevisión. Ars Iuris, (18) 219-242.