El fracaso del empirismo no proviene primariamente de la fuerza dialéctica de ciertos filósofos que argumenten en contra sino de la propia realidad que se impone como un todo más rico que trasciende en su contenido la preconcepción que se había hecho de la experiencia. Los contenidos del mundo real son los que rebasan en la experiencia al propio empirismo que pretendía domesticarlos bajo ciertas categorías restrictivas. Uno de los lugares que permiten apreciar con mayor fuerza que esto es así es precisamente el fenómeno que podemos denominar “experiencia jurídica”. ¿Cómo nace la experiencia jurídica? ¿De dónde surge propiamente hablando? Si miramos con atención nuestra propia experiencia podemos darnos cuenta que sus elementos integrantes son muchos: es cierto que una parte importante de ella consiste en un conjunto de cualidades sensibles susceptibles de ser aprehendidas por los sentidos.