Ante un entorno desbordante de cambios –tecnológicos, sociales, culturales, económicos–, la educación superior ha necesitado responder de forma radical. La enseñanza de la ingeniería representa un renglón enormemente sensible a estas nuevas y complejas realidades académicas, administrativas y curriculares que surgen de unos requerimientos sin precedente pero, sobre todo, de un país también en plena transición. Sólo al cuestionar a profundidad los fines últimos de su vocación, será que los ingenieros de este milenio redefinan su papel y contribución para la mejora y fortalecimiento de esta nueva sociedad que hoy empieza a desplegarse.
Dettmer González, J. (2004). La formación de ingenieros en el siglo XXI. Revista panamericana de pedagogía : saberes y quehaceres del pedagogo, 5, 29-58.