El crecimiento económico de México no ha sido de forma uniforme o similar con su desarrollo social, de ahí que exista una amplia brecha entre la demanda social y la capacidad de respuesta del gobierno, las empresas y la sociedad civil, lo cual ha dado como resultado una situación injusta, por lo que hay que crear valor en los empleados, clientes, proveedores y accionistas -para así generar una cultura de sensibilidad filantrópica empresarial. El camino no es el de dar por el simple hecho de dar, ya que de esa manera no se ayuda a nadie, más bien hay que enseñar a pescar, a sembrar, a cosechar, etcétera, lo que significa dar las armas y conocimientos necesarios para salir adelante y generar confianza para el desarrollo de programas filantrópicos, pues existe además, una característica y una tendencia en las acciones de desarrollo social que hay que revertir: el aislamiento y la duplicidad. motivo por el cual el gobierno federal se propone revertir esta tendencia, mediante la coordinación entre acciones y programas de la federación y de los estados y municipios, Sin embargo esto no es suficiente, sino que es necesario involucrar a toda la sociedad en este desarrollo, en especial al sector empresarial y a las organizaciones de la sociedad civil rara que, como Promotores del Desarrollo Social, sean corresponsables de este compromiso de desarrollo y juntos contribuyamos a la construcción de un país próspero y socialmente justo.