Vine a Chiapas pensando que sería un profesor rural y eso me entusiasmaba. “Fundación para la Formación Integral de un México Mejor (FFIMM), solicita profesor de bachillerato en el área de literatura para trabajar con alumnos de muy bajos recursos. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Interesados favor de enviar…”. La idea me atrajo desde el principio. Estaba a punto de terminar la maestría y quería salir del D.F., por un tiempo. Acudí a las oficinas corporativas de la fundación –muy cerca de mi casa, en el norte de la Ciudad de México-, pasé los exámenes psicométricos merced a los consejos de un amigo psicoanalista (al árbol, ponle raíces y frutos; al hombre, ponle piso bajo los pies, no pongas las manos detrás; la mujer, del mismo tamaño que el hombre, etc.), firmé mi contrato por un año y salí de ahí sonriente, con la romántica idea de que iría a Chiapas a mejorar un poco la educación de mi país. Maneje alegre los casi mil kilómetros que separan al D.F. de Tuxtla Gutiérrez, mientras repasaba en voz alta y mirándome de reojo en el retrovisor algunas frases en tzotzil que, ingenuamente, pensaba utilizar con mis futuros alumnos.
Introducción -- Antecedentes -- Informe de actividades -- Colegio Laureles Chiapas -- Ciclo escolar 2010-2011 -- Español I. Literatura fantástica y novela de aventuras -- Español II. Cuento latinoamericano, literatura fantástica y novela de aventuras -- Español III. Literatura española. Vinculación entre la obra de Arturo Pérez-Reverte y el Siglo de Oro español -- Actividades permanentes -- Conclusiones