El crecimiento de la población en edades entre 40 o más años, va en aumento y debemos preparar a la organización para generar un proceso de desvinculación, especialmente cuando la salida es por retiro o jubilación ya que involucra un cambio activo en todas las áreas que afectan la vida del colaborador como son: familiar, social, laboral, financiera, espiritual. Comunicar los elementos clave, las herramientas y asesoría personalizada disponible, apoyarán en la eliminación de barreras para el cambio y abrirá opciones para la generación de un Plan de acción. Es importante y crítico desarrollar la sensibilidad en cuanto al tiempo que requiere cada persona para lograr el diseño del Plan y la toma de decisión del mejor momento para retirarse o jubilarse. La organización tiene la responsabilidad de asesorar, orientar, y brindar el acompañamiento en la identificación de recursos que le permitirán el diseño del plan para la nueva etapa que le permita vivir con plenitud, y lograr el impacto individual de trascendencia al interior de la organización a través de la trasferencia del conocimiento.