Hace poco más de dos siglos que Immanuel Kant nos dijo que mediante el uso de la recta razón podríamos ir allanando el camino que conduce al progreso de las sociedades. La opinión pública sería el instrumento para modificar aquellas leyes injustas que surgieran. En 1967, Max Horkheimer crítica el uso que hace el hombre de la razón como mero instrumento, como medio para alcanzar intereses egoístas; para manipular la opinión pública; para cosificar al hombre. Los campos de concentración alemanes de la Segunda Guerra Mundial son la consecuencia ineludible. Sumido en una profunda decepción, sugiere abandonar definitivamente la ruta de la razón.