Nacido en Valencia en el año 1949, el catedrático de Filosofía de la Educación Francisco Altarejos falleció el 4 de agosto de 2019. En este volumen, colegas y discípulos quieren rendirle el homenaje que merecen su vida y su obra. Su vida, porque era una persona buena que trabajó con constancia y rigor en pro de su disciplina, que él abordaba con una perspectiva pedagógica ligada al arte de vivir y a la búsqueda de la felicidad como fin de la educación; porque era un pedagogo que amaba la verdad; un auténtico universitario dotado de una fina intuición investigadora; porque era un maestro que realmente amaba a sus discípulos, que gozaba y sufría con ellos porque sabía que enseñar es ser cómplice de una posibilidad trascendente. Su obra, porque en este siglo XXI quedan aún muchas respuestas en el aire acerca de la educación. En las propuestas teóricas de filósofos, educadores, psicólogos, sociólogos y políticos surgen una y otra vez las palabras felicidad, bienestar, desarrollo, perfección, plenitud, realización, etc., y eso supone un reto para la disciplina. Repensar la educación teniendo en cuenta su dimensión ética es un posible horizonte, al que las obras de Altarejos, sinónimo de claridad y fundamentación en el ámbito teórico, representantes de una pedagogía perenne que entiende la educación como una actividad teleológica, personal y libre, pueden hacer grandes contribuciones.
How to cite
Salgado-Gutiérrez, D. (2019). El genoma relacional de una ciudadanía "dopomoderna" una nueva propuesta desde la sociología relacional de p. P. Donati. En: Reflexiones teóricas sobre la educación: homenaje al profesor Francisco Altarejos, Isabel Ignacio Galería de Arte : Dykinson.