Javier y Miguel son dos grandes amigos de la infancia que suelen compartir juegos y aventuras. Con el paso del tiempo, los amigos se separan para tomar caminos separados: Miguel se convierte en un policía honesto como su padre y Javier, al no recibir la atención suficiente por parte de sus padres, se convierte en delincuente. En una serie de eventos desafortunados los amigos se vuelven a encontrar, pero esta vez en una situación de vida o muerte durante la cual se reconocen uno a otro gracias a una pulsera que comparten desde niños y que Javier aún conserva.