"¡Mi Pollo Asado!” era un pequeño comercio que inició operaciones en noviembre de 2006 al sur de la Ciudad de México. Su directora y fundadora, Lidia Montero, lo visualizó después de terminar su proyecto de tesis de maestría. Dos años más tarde, el crecimiento de la demanda motivó a abrir una sucursal y actualmente, ante el éxito, se debe definir nuevamente la estrategia de crecimiento: crear franquicias o aumentar la oferta de los restaurantes mediante productos novedosos. Ahora había un inversionista que estaba esperando una propuesta. Ella pensó que su experiencia podría servir para crear un lugar que, mediante la venta de nuevos productos de calidad, pudiera atraer el mercado de empleados de las oficinas y de familias de todos los alrededores de una emblemática colonia de la ciudad.