La persona es un ser biológico, psicológico, social, espiritual y con deseo de trascendencia, por lo que debido a su gran complejidad lo hace susceptible de enfermarse. Uno de los objetivos terrenales del ser humano es el dominio del espíritu sobre el cuerpo y sus pasiones, es entonces la educación de la voluntad el eje central de la medicina preventiva, siendo en el ámbito de la familia donde se forma la voluntad, por lo que el papel del educador familiar es fundamental durante la salud y la enfermedad.