La base de las relaciones personales se encuentra en la comunicación, y la referenda a esta herramienta fundamental de interacción humana es hoy lugar común cuando de conseguir eficiencia en las empresas se habla. El empleo apropiado de los recursos de comunicación garantiza el cumplimiento de los objetivos organizacionales y el éxito de los intercambios con los clientes, al interior y al exterior de las empresas. Comunicarse implica no sólo un conocimiento de la lengua sino de la situación en la que esta se emplea y de las características de los hablantes, en los que influye, entre otras condiciones, la cultura de la que forman parte. Por ello en la industria de la hospitalidad, en el marco de la globalización, se ha profundizado en el concepto de las diferencias culturales. Un mayor acercamiento al diente implica, por lo tanto, conocer sus costumbres y estilo de vida, sus valores y creencias, para cumplir con sus expectativas.