Es frecuente en el mundo moderno que a los países se les clasifique por sus índices de crecimiento, por sus niveles de desarrollo económico, por la solidez de sus programas de beneficio social o por su grado de apertura democrática o su estabilidad política. Independientemente de cómo se nos ubique, lo que es un hecho es que la educación y la salud presiden la preocupación del Gobierno Federal, como servicios públicos prioritarios de relevante interés para la sociedad.