Hace 12,000 años el Homo y la Femina sapiens no eran más que predadores exitosos que vivían de acuerdo con la ley del más fuerte y sobrevivían porque lograron adaptarse. A pesar de que sabían pelear, fabricar utensilios y vestidos para protegerse, e, incluso, pintar las paredes de sus cavernas, no tuvieron más influencia en el resto del mundo que el león o el lobo. Fue durante la revolución del Neolítico, cuando aprendieron a cultivar la tierra y a domesticar los animales, lo que de alguna manera les permitió cambiar la faz de la tierra y la vida de casi todo sobre ella.
El concepto de cultura apareció en los escritos de los antropólogos a mediados del siglo XIX como un «todo complejo», que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, las leyes, las costumbres y todas las demás capacidades y hábitos que adquiere el hombre como miembro de una sociedad.
Torre Marina, M. C. . (2004). La ciencia en la cultura y en los servicios. HE, (7), 79–92. Recuperado a partir de https://revistas.up.edu.mx/ESDAI/article/view/1354
Table of contents
La cocina: detnador de la cultura -- La cocina: ¡simbolo de sumisión o recinto para hacer ciencia! -- Ciencia: sistema o actitud -- De ciencia y cultura -- Desentrañando el misterio de los recetarios -- El fin último de la ciencia -- El porqué de las ciencias en ESDAI