La universidad desde su creación en Europa durante el siglo XII, se ha dedicado a preservar, crear y transmitir conocimientos y cultura. Siendo una institución de acervo, al ser la depositaria de saberes y valores universales de la sociedad. Aunado a lo anterior la universidad forma parte de un entorno social que ha tenido que transformarse para preservarse. Reconociendo de antemano las funciones esenciales que desempeña la universidad como la docencia, la investigación, la extensión y divulgación de la cultura. Las cuales hoy en día cobran una mayor relevancia porque se vuelven partícipes en los cambios que se van generando en la sociedad. Al admitir que el conocimiento está al alcance de cualquier persona, formar una sociedad con la capacidad de transformarse en lo social, cultural, económico y educativo, dispuesta a enfrentar desafíos y cambios en las tecnologías de información y de las comunicaciones.