En México, las comunidades autóctonas han carecido de representación en los diversos congresos constituyentes a los que se ha convocado desde el siglo XIX. La falta de reconocimiento constitucional de sus costumbres, valores, tradiciones, usos, prácticas y demás formas de la pluralidad cultural y normativa ha propiciado que desaparezcan sus variadas manifestaciones o que pasen inadvertidas, con los consecuentes conflictos sociales. En ese contexto, el libro plantea la problemática sobre el tema y define sus conceptos básicos. Además, analiza el marco constitucional y legal, histórico y vigente, que hasta ahora ha soslayado a los pueblos originarios que cuentan con cosmovisiones distintas a las de la ley suprema; y presenta un estudio pormenorizado sobre 40 comunidades autóctonas que permite constatar que su derecho consuetudinario no se encuentra armonizado con la legislación nacional. La autora evidencia los desafíos en la materia, pues resulta claro que la declaración formal de derechos, por decreto, es insuficiente para resolver las ancestrales diferencias sociales del país.