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Llano y la distinción entre universal e individuo

1995 , Zagal Arreguin, Hector

La propuesta de Llano trae consigo algunas implicaciones problemáticas en la ontología y la teoría del conocimiento. Probablemente, una solución alternativa a los problemas de la accesibilidad a lo individual dependa quizá en la revisión de la teoría aristotélica de las “facultades". ©Tópicos

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Eleuthería en Aristóteles

2018 , Zagal Arreguin, Hector

La eleuthería tiene una connotación política y cultural para los antiguos griegos. Refiere la condición libre de los ciudadanos griegos frente a los pueblos bárbaros que prefieren el gobierno tiránico. Platón y Aristóteles, además, hablan de la eleuthería en un sentido moral; esto es, como la condición libre del hombre virtuoso. Pero Aristóteles se refiere a una virtud en concreto: la liberalidad. La liberalidad supone el uso prudente de las riquezas, es decir, el justo medio entre la avaricia y la prodigalidad. Pero el ejercicio de esta virtud repercute en el ámbito político. Primero, porque la ciudadanía presupone en sí misma la virtud moral. Segundo, porque en el núcleo de la liberalidad radica la estabilidad de la pólis; la avaricia o la ambición desmedidas son las que ponen en peligro la estabilidad de la pólis. Por lo tanto, eleuthería tiene un sentido unitario, que va del ámbito privado al político. ©Co-herencia

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La música en Aristóteles

2019-06-12 , Zagal Arreguin, Hector

Primero: según Aristóteles, la música es una parte fundamental de la educación de los ciudadanos. La música provoca o modera las pasiones, e incide en la moral. Formar el carácter a través de la música resulta necesario para la pólis, en vista de que la estabilidad política depende de la estabilidad moral de los ciudadanos. Segundo: si, por lo que argumenta en Poética, la música es imitación, y la imitación es una forma de conocimiento, entonces por medio de la música alcanzamos ciertos conocimientos. Sin embargo ¿cuál es el objeto de dicha imitación? Aristóteles, en la Política, sostiene que la música imita las pasiones en sí mismas porque la música, en tanto que tiene un origen acústico, no requiere de signos que refieran una pasión, sino que la música es la pasión misma que se está expresando. La música no representa una pasión, sino que la reproduce. La música es una imitación tan directa que, por ende, resulta la más formativa para el carácter (y de ahí su importancia política). Esto, además, abre la puerta para concluir que Aristóteles no tiene un concepto figurativo del arte. ©2019 Derechos reservados. Centro de Investigación Social Avanzada, Open Insight.

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Versatilidad argumentativa en Santo Tomás de Aquino

1991 , Zagal Arreguin, Hector , Campus Ciudad de México

Santo Tomás de Aquino, al igual que otros escolásticos, atendió el problema gnoseológico y epistemológico de la unidad del conocimiento humano al tratar de realizar una lectura unificada del corpus aristotelicum. En el proemio In Libros Analyticorum Posteriorum Expositio, Aquino propone una nueva clasificación de las obras lógicas bajo una concepción analógica del conocimiento humano. Ahí distingue las ramas de la lógica según los actos de la razón y explica los distintos tipos de argumento: retóricos, poéticos, tópicos, apodícticos y teológicos. Esta clasificación exhibe la postura de Tomás de Aquino frente al problema de la unidad del conocimiento: hay una variedad de circunstancias y acontecimientos que no pueden ser tratados del mismo modo. La unidad del conocimiento humano es salvaguardada por su versatilidad, y Aquino es cauteloso al no unificar el quehacer intelectual bajo la univocidad de un sólo método argumentativo, protegiendo las peculiaridades epistemológicas de cada género de la realidad.

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El político como terapeuta del carácter. Un ensayo aristotélico

2022 , Zagal Arreguin, Hector

Para Platón y Aristóteles, la ética es un conocimiento intrínsecamente práctico. Así como el médico calificado se preocupa por curar a los enfermos, el profesor de ética se preocupa por enseñar la virtud. Pero, a diferencia de la medicina, la ética es un saber que involucra a la comunidad. El político, según Platón y Aristóteles, debe preocuparse por el modo como se enseña la virtud a los ciudadanos. © 2022 Centro de Investigación Social Avanzada. All rights reserved.

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¿Vale la pena argumentar en ética? : amistad, creencia y retórica en Aristóteles

2005 , Zagal Arreguin, Hector

“La ética aristotélica es un saber practico.Su finalidad fundamental es hacer hombres virtuosos. La dimensión teórica de la ética —que si la tiene— se supedita a este propósito practico. En consecuencia, sus argumentos deberán ordenarse a la promoción de la vida buena, Aristóteles es muy claro al respecto"--Pág. [159]. ©Tópicos

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Argumentación y método en la ética eudemia

1994 , Zagal Arreguin, Hector

Aquí intento mostrar el rol de los endoxa y las aporiai en la Ética Eudemia y en el resto de la ética aristotélica como sabiduría práctica. Saber ética es ser ético. Por tanto, la argumentación retórica (que implica la acción, y cuyas principales estrategas son mencionadas arriba) tiene un lugar relevante en la argumentación ética. ©Tópicos.

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La defensa pragmática del principio de no contradiccción : comentarios a Metafísica IV

1992 , Zagal Arreguin, Hector , Campus Ciudad de México

El objetivo de este artículo es mostrar el carácter retórico de uno de los argumentos desarrollados por Aristóteles en Met. IV para sustentar el principio de no contradicción. La retórica tiene un lugar en las discusiones metafísicas. ©Tópicos.

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Nous y Phronesis : un comentario a EN 1143a 35ss.

1993 , Zagal Arreguin, Hector

El propósito de este artículo es mostrar algunas de las dificultades en la comprensión de los primeros principios de la razón práctica.©Tópicos

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Horismós, syllogismós, asápheia : el problema de la obscuridad en Aristóteles

2002 , Zagal Arreguin, Hector

El adjetivo “obscuro” es un arma arrojadiza en las discusiones filosóficas. Basta reprochar al contrincante su “obscuridad” para descalificarlo. “Tu razo- namiento es obscuro”, “no eres claro”, “la definición es obscura”, son expre- siones frecuentes y no pocas veces denotan la arrogancia del interlocutor. La frase “Esta definición es obscura” equivale eventualmente a la trillada y retó- rica interjección “¡No está claro!”, “¡no lo veo!”. Cabe, entonces, preguntar de quién es el problema, si de quien “no ve” un argumento o un análisis, o de quien se ha expresado con falta de “claridad”. Por lo pronto, el término “obscuridad” y su opuesto “claridad” proceden del mundo físico. Aplicar los adjetivos obscuridad y claridad al pensamiento es una metáfora más o menos afortunada, como cuando se describe la filosofía como “ciencia de todas las cosas a la luz natural de la razón”, pues la razón no es una fuente de luz, ni el entendimiento “ve”2 . De esta suerte, descalificar al oponente con el epíteto “obscuridad” es, cuando menos, un recurso retórico. En buena lid, se deben explicar o enunciar las condiciones de la “claridad” epistemológica antes de sepultar al oponente bajo el fango de la obscuridad. De lo contrario, la imputación es improcedente y deviene un arma sofística, camuflada, eso sí, bajo el disfraz de rigor científico. © Cuadernos de Anuario Filosófico