La discusión acerca de las problemáticas relaciones entre la política, por un lado, y la ciencia y la educación, por otro, es intemporal. Dicha diferencia debe ser motivo de reflexión; por qué misteriosas razones este problema agita a unas sociedades mientras que otras pueden vivir despreocupadas de él. Con todo, quizá hoy en España no sea tema tan actual como hace décadas, antes de cambiar el régimen político, cuando muchos esperaban de la educación las transformaciones que la política no parecía ofrecer.