La pregunta sobre si todo lo moralmente bueno debe ser jurídicamente obligatorio y todo lo moralmente malo debe estar jurídicamente prohibido, está relacionada tanto con una añeja discusión teórica, como con el hoy acuciante tema de la crisis del Estado moderno. Esto es así porque determina cuáles son las dimensiones esenciales de la existencia humano cuya tutela debe correr a cargo del derecho y las instituciones de Estado —pregunta que, más allá de ciertas implicaciones técnicas tiene una necesaria raigambre moral—, es una condición indispensable para poder discutir racionalmente temas como el del fortalecimiento, la reorganización y el redimensionamiento del Estado moderno —entre más obligaciones le asignemos al Estado, mayor tendrá que ser su injerencia en la vida cotidiana de los seres humanos—, 1 condiciones todas ellas que parecen hoy en día necesarias para la superación del actual debilitamiento de dicho modelo. En otras palabras: la determinación de lo que de hecho debe ser garantizado por toda autoridad estatal depende en última instancia de la adecuada comprensión de la relación entre la moral y el derecho; es decir, comienza con la formulación de una respuesta cierta y verdadera a la pregunta que da título al ensayo que nos disponemos a analizar: ¿Qué es la justicia?
Castillo Fernández, A. A. (2005). ¿Qué es la justicia? : una revisión del argumento kelseniano de la relación entre moral y derecho. Ars Iuris, (34) 267-292.