Revisitar no es un verbo utilizado frecuentemente en castellano. Sin embargo, evoca rápidamente un concepto de «volver a», «regresar a un lugar que previamente había visitado ya» y, por lo tanto, tenemos sobre él algunos recuerdos. Revisitar es una palabra que he tomado prestada del inglés para conseguir, a través de ella, volver a un lugar, un concepto, quizá un poco olvidado o borrado por el paso del tiempo. La modestia, por su parte, es una palabra que no está de moda. El pudor, mucho menos. ¿Son conceptos sin ningún significado actual? ¿Son vocablos que sólo pueden utilizarse para hacer referencia a realidades pasadas de moda? Por eso, he puesto de intento en el título «revisitar». Volver a un lugar que conocemos, o que hemos conocido, pero que tal vez ha cambiado, y siento curiosidad de saber si sigue igual, en el mismo sitio, si mi recuerdo es exacto o si, con el paso de los años, aquel recuerdo, al contrastarlo con el presente, ya no tiene nada que ver con el que tenía: aquella casa que nos parecía inmensa, en realidad es una casita, y la «cueva» donde se escondían los «ladrones», no pasa de ser una pequeña hendidura en la pared del jardín. Revisitar un concepto que no está de moda y que ha disminuido en popularidad, puede ser una tarea incómoda e ingrata. Incómoda, en primer lugar, para quien se echa encima la tarea, a riesgo de parecer que es «old fashioned» o que está viviendo en otro mundo. Sin embargo, en mi trabajo como psiquiatra, me enfrento diariamente a muchas personas de todas las edades que, al ser cuestionadas a fondo sobre lo que piensan de la vida, de los problemas actuales, de lo que les sucede a ellas mismas, no están tan seguras de que estos temas estén pasados de moda y no saben cómo afrontarlos. Por eso me ha parecido importante que, en una revista universitaria, dedicada de modo especial a los pedagogos –quienes tienen la importante tarea de formar a las personas–, tratemos el tema de la modestia, el pudor, la intimidad y, al revisitar estos conceptos, discernamos qué podemos rescatar de aquellas visitas realizadas algún día y de las que, quizá, sólo quedaron recuerdos vagos y poco nítidos.