Las nuevas tendencias mundiales apuntan constantemente a la integración cultural. Ya sea que hablemos de políticas públicas o tendencias gastronómicas, es impensable remitirnos a conceptos nacionalistas puros. Los nuevos paradigmas expresan la fusión entre culturas diversas o la adecuación a patrones culturales extranjeros.
La globalización ha hecho posible la convergencia de diferentes puntos de vista que obligan, paradójicamente, a hacer una introspección hacia los propios valores culturales de cada región. No sólo para cuestionarlos, sino para rescatar nuestra propia identidad como personas.