Las disputas definicionales sobre términos normativos son frecuentes. ¿Vale la pena disputar sobre meras palabras? Sostengo que ganar una disputa definicional tiene efectos prácticos importantes. Imponer una definición particular de un término normativo sobre otros hablantes puede causar en ellos ciertas emociones deseables, o puede influir sobre su interpretación de aquellas reglas jurídicas o morales cuya formulación incluye el término disputado. Luego describo dos modalidades retóricas mediante las cuales los disputantes pueden proponer su definición preferida: una modalidad que presenta la propuesta como si fuera una descripción de un hecho sobre la comunidad lingüística y otra modalidad que presenta la propuesta como una prescripción lingüística. Muestro que debe adoptarse el segundo modo, porque (entre otras razones) es más transparente con respecto a las razones por las cuales disputamos sobre palabras. El trabajo ilustra el punto con el caso de la disputa sobre el término “derechos humanos”.
García Gibson, F. (2018). Disputas definicionales y lenguaje normativo: Cómo discutir acerca de “derechos humanos”. Tópicos, Revista De Filosofía, (55), 11–30. https://doi.org/10.21555/top.v0i55.933
Table of contents
Introducción -- 1. Disputas definicionales -- 2. ¿Por qué discutimos sobre palabras? -- 3. ¿Cómo discutimos sobre palabras? -- 4. Ventajas del modo prescriptivo -- Observaciones finales